viernes, 19 de marzo de 2010

¿Buena suerte? ¿Mala suerte?

Un anciano labrador chino tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día el caballo escapó a las montañas. Los vecinos del anciano labrador vinieron a darle las condolencias por la pérdida del caballo, pues sabían lo importante que era para el anciano la ayuda del animal. El labrador a todos les replicaba con un gesto de encoger los hombros mientras decía: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Una semana después el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos fueron a felicitar al anciano por su buena fortuna. Sin embargo éste les respondió lo mismo: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador que se limitó a decir: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas después, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota lo dejaron tranquilo.
¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?

2 comentarios:

  1. Así son las vueltas de la vida :) Y por eso hay que tener la mente abierta a todas las posibilidades.

    ResponderEliminar
  2. Sabias palabras que encierran mucha razón.
    Me ha gustado mucho!

    ResponderEliminar

Dejando Los Cables Dormir

Dejando Los Cables Dormir
Sometimes we have to let the cables sleep.