viernes, 30 de abril de 2010

Dejar Los Cables Dormir.

Resulta curioso con qué facilidad se nos escapa la vida de nuestras manos. En un segundo está todo, al otro ya no hay nada. Quedan sólo recuerdos, dudas y miedos. Queda abandono, soledad y tristeza. Pienso en lo que pudo haber sido si los hechos se hubieran dado diferentes. Y me quedo en esos pensamientos, me hundo cada vez más en esas historias de ficción que invento para escapar de la realidad, porque extraño lo que se fue. “Lo que se fue”. Ni siquiera me animo a enfrentarlo y decir exactamente qué es lo que se fue. Me duele incluso decirlo.
Es tan natural, tan normal. Aún así le temo. Es el fin de lo que amo tanto. Es extrañar en carne viva. Es la muerte. La muerte de lo que ama este corazón. Mi muerte, tu muerte. Su muerte. O mejor dicho mis muertes.
Y entonces me atrevo a decirlo:”Se murió”. Se fue, ya no está. Caigo en la realidad que me atropella tan fuerte y tan rápido. Caen lágrimas. Mi garganta se cierra, mi corazón se achica. Mi estomago se endurece. Mis piernas y brazos se desvanecen, pierden su fuerza. Mi pecho se agita y toma fuerza: quiere gritar. GRITAR. Gritar de rabia, de dolor. Gritar preguntas que no tienen respuestas. Respuestas. Si tan sólo las hubiere, tal vez se aliviase el pesar.
Y vuelve la rabia con Ése que nos hace humanos, que nos hace tan frágiles. Le reclamo respuestas que no otorga. Le amenazo con odiarlo por el resto de los días, y aún así no contesta.
Luego bajo los brazos, pues me doy cuenta de que es en vano. Sin embargo no es la única “epifanía”: de repente veo que extraño su vida, pero aún tengo la mía. Tengo que superarlo y continuar el camino. Cortar las cadenas de lo que fue y lo que pudo haber sido. Pronto es, pero necesario en fin. Y tratar de no confundirme: no debo olvidar, debo recordar, pero mirando hacia el frente y caminando. Hay tiempo, pero el mundo sigue girando, la carrera está aún en acción y no debo quedarme atrás. No puedo quedarme atrás. Por él. Por ellos. Por mis muertos.


Dedicado a aquellos que se han ido y a aquellos que se quedan aquí, que con fuerza intentan dejar los cables dormir.

Leandro Gómez.

martes, 27 de abril de 2010

Personas

Miro ahora a mi alrededor, veo miles de vidas que no sé como son. Cada uno su historia, cada uno su rol. Somos sólo personas. Unos que viven mejor porque usan el afecto como el primer valor. Otros que andan a golpes con su corazón y no cuidan su vida.
Sólo quiero regalar un trozito de mi verdad. Sólo quiero entregar todo lo que he pasado, lo que llevo guardado en mi, en mi... Somos un trozo de vida, la parte más viva del gran universo. Y también lo peor. Virtud y caída, verdad y mentira, capacidad de dar amor. Eso es lo que quedará.
Somos un trozo de amor, como un saco de llanto, de risa y temor. Somos muchas peliculas, distinto guión. Somos sólo personas. Unos que quieren ser Dios, otros viven contentos siendo lo que son, otros luchan su trozo, otros lloran su horror. Que somos sólo personas.
Sólo quiero regalar un trozito de mi verdad. Sólo quiero entregar todo lo que he pasado, lo que llevo guardado en mi, en mi... Somos un trozo de vida, la parte más viva del gran universo. Y también lo peor. Virtud y caída, verdad y mentira, capacidad de dar amor. Eso es lo que quedará de lo que tú puedes dar.
Miro ahora a mi alrededor, veo miles de vidas que no sé como son. Cada uno su historia, cada uno su rol. Somos sólo personas.

ECDL

martes, 13 de abril de 2010

Ese Lugar

No recuerdo bien como fue que llegue hasta acá, ni siquiera sé si llegue o siempre estuve acá, sólo sé que no es mi lugar. Siento que no estoy en donde pertenezco. Tal vez fue así desde que nací, el sentir que debo estar en otro lugar en donde sienta que este bien ser quien soy y no tenga que demostrar cosas que no pertenecen a mi esencia.
Es ser tan diferente al resto o ser tal vez el único cuerdo, o podría ser al revés, ¿estaré loco?
Estar loco se me hace tan racional en este momento, pero se que no puedo padecer tal locura, se que existe un lugar para mi, lo se porque estuve ahí, porque pude sentir que no había prejuicios, que no era el único así. Podía sentir que por primera vez pertenecía plenamente a todo, podía sentir la comodidad de un hogar.
¿Pero como regresar? Tal vez con una soga al cuello. No, ni pensarlo, ese no soy yo. Estaré en un lugar que no comprende mi ser, estará mi entorno en contra mío, pero no mi alma, la que me hace fuerte, valiente, pudoroso quizás, la que me hace seguir, luchar, levantarme luego de cada caída, la que me hace ser quien soy.

Este infierno está apagándose, siento que es el momento indicado, un gran cambio se acerca y tengo que tomar el tren que me acerca a mi lugar, a mi hogar.
Es hora de partir, tengo que saltar. Rendirse no esta en mis planes, sólo reír y vivir. Es hora. Me tengo que despedir. Nos vemos allá si es que perteneces a donde yo lo hago, y si no simplemente adiós, adiós...

Dejando Los Cables Dormir

Dejando Los Cables Dormir
Sometimes we have to let the cables sleep.